domingo, 3 de enero de 2016

Responsabilidades que pueden asumir los niños según la edad

Seguro que alguna vez te has preguntado si tu niño es lo suficientemente mayor para hacer algo o asumir alguna responsabilidad concreta. Es una inquietud muy habitual y, lo malo, es que muchas veces la solucionamos privando al niño de esa responsabilidad. Creemos que es mejor hacerlo nosotros a obligar al pequeño a hacer algo para lo que no sabemos si está preparado.

Pues bien, aquí tienes una pequeña lista que te puede servir como referencia. De todas formas, si tienes alguna duda, siempre puedes optar por un término medio, dejar que el niño haga la tarea correspondiente, pero contigo cerca para ayudarle en lo que necesite. De esta forma, podréis convertir una obligación en un agradable momento con el niño.

Niños entre 2 y 3 años

- Recoger sus juguetes
- Echar la ropa sucia en el cesto
- Colocar libros y otros objetos en estantería bajas
- Colocar su ropa limpia en los cajones (incluso en el armario, si es pequeño)
- Ayudar a poner la mesa
- Tirar los restos de su merienda, por ejemplo, al cubo de la basura


Niños de 4 o 5 años

- Si se cae algún líquido en la mesa o el suelo, pueden ser los encargados de ir a por un papel o un trapo y limpiarlo
- Hacer su cama o, al menos, colocar los peluches y/o cojines que tenga encima
- Prepararse la merienda
- Pasar la aspiradora a su habitación o al pasillo de casa (debe aprender que no solo debe ocuparse de sus cosas, también colaborar en las tareas comunes de la casa)
- Dar de comer a las mascotas (eso le enseñará a cuidar de los demás)

Niños del primer ciclo de primaria (6-7 años)

- Ayudar con la colada (pueden doblar prendas simples, separar la ropa de color de la blanca o meter la ropa en la lavadora)
- Vaciar el lavavajillas (evitaremos que cojan los cuchillos muy cortantes u objetos muy pesados)
- Preparar, por la noche, su ropa del día siguiente
- Cambiar el rollo del papel higiénico cuando se gaste
- Ayudar en la cocina, por ejemplo, lavando alimentos o recogiendo lo que se vaya ensuciando



Niños de 8 a 10 años

- Limpiar el polvo
- Poner y recoger la mesa
- Poner la secadora y el lavavajillas
- Preparar el desayuno (no solo el suyo)
- Hacer platos sencillos (ensalada, huevos revueltos, sandwiches...)
- Pasear al perro (sobre todo si se vive en una ciudad pequeña o pueblo y en una zona tranquila, y siempre de día)
- Bañar a la mascota

Niños de 11 y 12 años

- Pasar la aspiradora por las alfombras
- Fregar el suelo
- Encargarse de subir las cartas a casa y de echar cartas en el buzón
- Comprar el pan y hacer recados sencillos
- Poner lavadoras y doblar la ropa



Mayores de 12 años

- Ayudar a limpiar el coche
- Hacer arreglos simples (por ejemplo, cambiar la bombilla de su lámpara o pegar algún objeto que se ha roto)
- Planchar la ropa (prendas sencillas y, siempre, bajo supervisión)
- Limpiar los cristales y espejos
- Cuidar de hermanos menores durante periodos breves de tiempo
- Hacer platos más complejos (a la plancha o al horno)

martes, 1 de diciembre de 2015

Negociar con los niños

Con los niños hace falta firmeza, pero también flexibilidad. Cuando existe un conflicto es bueno hablarlo con ellos e intentar que entiendan la situación. En el caso de que nosotros queramos una cosa y ellos otra, intentaremos negociar para llegar a un acuerdo. Pero, ¡ojo! negociar jamás debe ser sinónimo de ceder por completo. Aquí tienes algunas claves para no morir en el intento:



- Considerar la edad del niño: negociar con pequeños de 2 o 3 años es inútil, ya que hay muchos conceptos que aún no entienden. Con ellos es mejor que las cosas sean sencillas.

- No sentirnos culpables al decir que no: negarse a las exigencias del niño no es una muestra de no quererle, al contrario. Hay que ser firmes en algunas cosas, eso da al pequeño sensación de seguridad, de que el adulto conoce los límites

- Fijar unos límites: en toda negociación debe haber unos requisitos mínimos que no se deben superar. Debemos tenerlos claros antes y durante la negociación y no ceder.

- Aprender a ceder: igual que hay límites infranqueables, también debemos tener cierta flexibilidad, si el niño ve que nosotros cedemos a algunas de nuestras exigencias, encontrará más lógico que él deba hacer lo mismo. Eso sí, importante, ¡solo hay que ceder dentro de lo que es lógico!

- Trasmitirle al niño la razón de las cosas: debe entender que si hay un castigo es consecuencia de sus actos y que si le obligamos a hacer algo que no quiere (los deberes, comer verduras...) es porque le queremos y queremos su bien.

- No olvidar quién manda: ni el niño ni nosotros debemos olvidar que la autoridad la tiene el adulto, porque es el responsable del otro y el que más sabe.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Decoración navideña a prueba de niños

Las fiestas de Navidad son una época de especial ilusión, sobre todo cuando hay niños en casa. Sin embargo, a veces la decoración de las casas puede suponer un peligro para los pequeños, sobre todo en aquellas edades en las que los niños ya andan solos, pero aún no entienden bien lo que es el peligro.
Por eso, aquí vienen algunos consejos o trucos que podemos usar para que nuestra casa quede bonita y navideña sin poner en riesgo la seguridad.



El árbol

- Riesgos: que el niño agarre el árbol y termine tirándoselo encima y que el pequeño coja las figuritas que lo adornan y se las meta en la boca, con riesgo de asfixia.
- Soluciones: podemos colocar el árbol en un sitio alto, al que el niño no llegue. Si eso no es posible podemos optar por un árbol con peso en la base, para que el pequeño no pueda tirarlo, o por uno muy ligero para que, si se cae encima, no haga daño. Otra opción es coger espumillón y hacer un árbol con él en la pared, lo que puede suponer una buena actividad familiar. Igual podemos hacer con un árbol de cartulina, pintado y decorado por toda la familia.
En cuanto a las figuritas, optaremos por figuras grandes, que el niño no se pueda tragar, y sin piezas sueltas. Preferiblemente, que sean de plástico o algún material que no se rompa al caer.

El belén

- Riesgos: el mayor riesgo que existe es el que el niño se trague alguna de las figuritas, provocando atragantamiento y asfixia.
- Soluciones: cuando hay niños pequeños en casa debemos optar por belenes sencillos, sin muchas piezas, que los niños puedan poner solos, siguiendo nuestras indicaciones. Las figuras deben ser grandes y de algún material difícil de romper. Procuraremos que la pintura de esas figuras no sea tóxica. Si no podemos hacer esto, debemos colocar el belén en un sitio alto, al que el niño no llegue.



Las luces

- Riesgos: el principal riesgo es la electrocución
- Solución: lo mejor en este caso es que evitemos poner luces. Si lo hacemos, es mejor encenderlas solo en momentos puntuales y, en esos momentos, tener a los niños vigilados. El resto del tiempo, desenchufaremos las luces, taparemos el enchufe y recogeremos el extremo de las luces.

martes, 24 de noviembre de 2015

La importancia de que hagan cosas solos

A la hora de cuidar y educar a los niños es muy importante dejar que hagan cosas solos. Debemos ser conscientes de que fomentar su independencia no quiere decir que los abandonemos o los descuidemos, más bien todo lo contrario. Fomentar que los pequeños aprendan a hacer cosas por sí mismos tiene muchos beneficios.



- Les prepara para el futuro: a medida que vamos creciendo tenemos que ocuparnos, cada vez más, de nuestra vida y nuestros conflictos y retos. Si enseñamos al niño a que, poco a poco, se ocupe de sus cosas, sabrá asumir sus responsabilidades y resolverá los problemas de una forma mucho más sencilla.

- Aumenta su autoestima: si el niño ve que es capaz de hacer cosas nuevas se sentirá más válido. Aprender a atarse los cordones, hacer solo la cama o vestirse solo son pequeños retos que les hacen sentirse importantes y mayores. Además, sentirán que confiamos en ellos, que es algo fundamental.

- Favorece su integración: si el niño siente que los demás saben hacer cosas que él no, se sentirá desplazado y puede que, incluso, rechacen pasar la noche en casa de un amigo por miedo al ridículo.

- Ayuda a las relaciones de los adultos con los niños: mientras enseñamos al niño a hacer cosas nuevas podemos pasar ratos muy agradables, e incluso divertidos, con él y trasmitirle sensaciones muy positivas. No olvidemos nunca que podemos convertir el aprendizaje en un juego. Además, cuantas más cosas sepa hacer el niño más libre estará el adulto, lo que mejorará su humor y le hará ser más paciente y receptivo.

- Enseña valiosas lecciones: a lo largo del proceso de aprendizaje, el niño conocerá lo que es la paciencia, la autoaceptación, la superación de los fallos y la perseverancia, entre otros valores.



¿Qué cosas puede hacer solo el niño?

Evidentemente, todo depende de la edad del pequeño, pero aquí van algunos ejemplos de labores cotidianas que pueden hacer solos sin que les cueste demasiado:

- Comer (realmente, no hace falta ser muy mayor para poder pinchar con el tenedor o manejar la cuchara)
- Hacer la cama (puede empezar ayudando los fines de semana y progresar hasta dejarla hecha antes de ir al colegio)
- Vestirse y desvestirse
- Llevar la mochila del colegio (si tiene mucho peso, debemos pensar en una mochila con ruedas)
- Hacer los deberes (podemos ayudarles, pero ni ellos ni nosotros debemos olvidar que son responsabilidad del niño, no del adulto)
- Comprar el pan (si la panadería esta cerca, podemos enviar al niño y hacerle sentir parte importante y responsable de la familia, para ellos es una aventura "de mayores")
- Poner y quitar la mesa
- Recoger sus juguetes (si él ha desordenado, él debe ordenar)